¿Qué buscas cuando estás en una
conversación? ¿Permites que te guie tu
ego para tener la razón? ¿O eres tú
quien lo guía para sostener una conversación poderosa y productiva?
Si bien es cierto que nos encontraremos siempre con personas que NO dan paso a soluciones por su ¨enfoque en el problema¨, y muchas veces decidimos retirarnos de ese pleito para no insistir en lo que ya dimos por hecho que es inentendible para ellos, también es extremadamente importante entender cuál es el enfoque de mis conversaciones, si me enfoco solamente en buscar responsables, culpables, excusas o no sé cuántas cosas más que no me generan soluciones al tema principal o si soy quien prefiere resolver el problema y después busco las razones que lo causaron para mejorar.
Hay una gran diferencia entre estas variables y las mismas impactaran mis relaciones interpersonales, profesionales y sobre todo mi salud mental, y no podemos dejar a un lado que son factores determinantes ante mi éxito profesional.
Te invito a reflexionar sobre una última conversación que hayas tenido y de repente se volvió acalorada, quizás terminaste con diferencias y hoy prefieres ni dirigirse la palabra. ¿Te ha pasado?
¿Quién eras tú en la conversación?
o ¿Quién era la persona que culpaba?
o ¿Quién era la persona que buscaba las razones del problema e incluso las justificaba?
o ¿Eras tú quien planteaba soluciones al dilema para dar un paso hacia el cierre del caso en discusión?
Las personas con ¨enfoque a resultados¨ presentan soluciones a las diversas situaciones y suelen terminar con los mejores y más productivos desenlaces, pues pueden ver el problema y resolverlo más rápidamente, y a su vez, analizar la situación en busca de oportunidades de mejora para evitar se repita lo que ha fallado.
Mientras que aquellas que se ¨enfocan en el problema¨ extienden el dolor y el impacto de este por más tiempo y a su vez lastiman las relaciones ya que su orgullo prima más que la solución a la dificultad en discusión. Les preocupa más encontrar quien tuvo la culpa del daño que la solución misma.
Entonces, te incito a que tus conversaciones tengan un enfoque claro a la solución y te comuniques asertivamente con aquellos que su única intención, igual que tú, es resolver las situaciones. Mientras que con aquellos que detectes que no es así, que su enfoque está en el problema, aplica técnicas para disuadirlos y encaminarlos por la ruta de la solución. Te puedo sugerir estas cuatro:
1. Ten paciencia y comprensión, pues ese enfoque viene de muchos años con esa persona.
2. Insiste, durante la conversación, en enfocarte primero en la solución.
3. Convéncele de que estarás viendo la situación desde dos perspectivas: la solución y las causas, pero que prefieres resolver primero y después analizar las razones que llevaron al estatus actual.
4. Y a manera de cierre, agradece la comprensión y la paciencia
Repasa tus últimas conversaciones y ahí encontrarás el enfoque que usas frecuentemente. Lo maravilloso es que podemos ser conscientes y cambiar hacia la búsqueda de soluciones.
¿Te animas a ver el mundo de manera diferente?
Escrito por: Sandra Pinedo -Psicóloga Organizacional - Coach y Facilitadora Experiencial
